River Plate - Pasión Monumental

domingo, 16 de octubre de 2011

Instituto y River valoraron un empate reñido que los jerarquizó

Instituto y River, escolta y líder de la B Nacional, dieron todo para asestarle un buen golpe al otro y no pudieron. Los palos se lo impidieron, también los arqueros y, sobre todo, dos estructuras ordenadas que nunca se desarmaron. Por eso el 0 a 0 fue valorado desde los dos lados.

A veces el cero califica. Es cuando equipara a dos pobres de capacidad futbolística. No fue el caso de ayer en el repleto estadio Mario Kempes de Córdoba, donde Instituto y River, escolta y líder de la B Nacional, dieron todo para asestarle un buen golpe al otro y no pudieron. Los palos se lo impidieron, también los arqueros y, sobre todo, dos estructuras ordenadas que nunca se desarmaron. Por eso el 0 a 0 fue valorado desde los dos lados.
“¿Sabor amargo? Para nada. Este es un punto positivo. Jugamos ante un gran rival y lo dominamos. Teníamos muy buenas referencias de Instituto y le pudimos cortar todos los circuitos. Uno siempre espera ganar, pero no siempre se puede. No perdimos dos puntos; ganamos uno”, resumió Matías Almeyda la conveniencia del empate, pese a jugar el último tramo del partido con uno de más por doble amarilla a Erpen.
“Cuando estuvimos once contra once, jugamos de igual a igual; y, con diez, aguantamos bien. Fuimos un equipo sacrificado y unido, por eso valoramos el punto. River también tiene que hacerlo, porque es un torneo largo y hay que sumar siempre”, sintetizó el delantero de Instituto Nicolás López Macri, que contó con una chance inmejorable que rechazó con sus pies Chichizola.
Así se vivió en el vestuario. Así fue antes, en un partido intenso que contó con tres remates en los caños, dos de River y uno de Instituto. El primero lo tuvo Cavenaghi, que reventó el travesaño casi en el área chica tras un centro desde la derecha de Ocampos en el primer tiempo (30’). Luego, en el inicio del complemento, lo tuvo Ríos (50’), pero fue más sucio y dio en el caño derecho para irse afuera.
En tanto, la Gloria tuvo su chance después de esa en los pies de Dybala (62’), pero el remate del pibe de 17, cruzado y que dejaba a Chichizola vencido, pegó en el palo izquierdo.
Instituto le peleó el partido de igual a igual hasta que Delfino echó a Erpen y entonces decidió cederle la pelota a River y abroquelarse atrás, sin que pudiera sacar varias réplicas que intentó.
El equipo de Almeyda entonces monopolizó el dominio del balón, buscó de derecha a izquierda penetrar a la buena defensa cordobesa y sólo lo pudo hacer en un remate cruzado de Ríos, que pasó cerca. También River discutió un penal a Ocampos que no fue, pero que le valió una injusta amarilla porque no simuló.
El partido se fue cerrando entonces en el cero, pero nadie se fue disconforme. River e Instituto siguen mandando y por ahora nadie les hace mucha sombra.

Fuente: La Capital

Fuente: Olé

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