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Ponzio en plena lucha con Farías por la pelota.
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Independiente y River protagonizaron un show de errores, y así empataron 2-2. Fredes y Galeano marcaron para los de Gallego, mientras que Bottinelli y Sánchez hicieron los del Millo. Ambos tuvieron chances de irse con el triunfo, el Rojo dejó una mejor sensación, pero se fueron con las manos vacías.
Emociones hubo, y de sobra. Y aunque cueste admitirlo, Independiente y River protagonizaron un partido rico para el espectador. Es cierto, inevitablemente lo que más se resaltó fueron los horrores defensivos de ambos, pero tanto el Rojo como el Millo pueden decir, sin mentir, que estuvieron a punto de llevarse la victoria. Finalmente, fue 2-2.
Emociones hubo, y de sobra. Y aunque cueste admitirlo, Independiente y River protagonizaron un partido rico para el espectador. Es cierto, inevitablemente lo que más se resaltó fueron los horrores defensivos de ambos, pero tanto el Rojo como el Millo pueden decir, sin mentir, que estuvieron a punto de llevarse la victoria. Finalmente, fue 2-2.
Eso sí, desde el arranque, dejaron en claro que se venía un
partido movidito. En apenas tres minutos, Fredes entró tras un desborde
de Ferreyra, y la mandó a guardar. River acusó el golpe, pero logró
reaccionar de pelota parada, cuando Bottinelli le puso la cabeza a un
centro preciso de Ponzio.
Ya en la segunda mitad, Fredes tuvo la
oportunidad de repetir, como si lo estuviera viendo en un espejo, la
jugada que abrió la cuenta en el primer tiempo. Pero esta vez el 10 la
enganchó muy abajo, y mandó la pelota a la luna. Acto siguiente, la
bocha quedó en el área del Rojo, y Carlos Sánchez agujereó la red con un
bombazo.
Parecía que ése sería el golpe de nocaut para
Independiente. Sin embargo, Gallego metió mano, el Rojo salió de las
cuerdas, y aprovechó una pésima salida de Vega, que Galeano, ya desde el
piso, terminó empujando con sus últimas fuerzas. Fuerzas que le
alcanzaron para quedar mejor parado y hasta generando dos jugadas en las
que el penal estuvo dando vueltas (la mano de González Pirez fue
clarísima).
Como en un partido amateur, de esos que jugás con
tus amigos, los dos perdieron cualquier noción del orden táctico,
agarraron la lanza, y fueron a buscar el triunfo. La caprichosa se negó a
ser empujada una vez más contra la red, y aunque Independiente dejó una
mejor sensación, el 2-2 dejó con las manos vacías a ambos. Sabor a
derrota, para dos equipos que quedaron en Rojo.
Fuente: Olé
Fuente: Olé