domingo, 30 de septiembre de 2012

Ganó, poco gustó y goleó River

Ponzio saca el derechazo para abrir el camino
Goleó 4 a 0 a Arsenal en Sarandí con tantos de Ponzio, Luna y un doblete de Funes Mori. Consumó la victoria en el complemento, lució contundente en los últimos metros y consiguió una victoria que lo anima a cambiar el rumbo. Almeyda le agradeció a sus jugadores.

River Plate, que sumaba cinco partidos sin ganar y en zona de descenso, humilló a Arsenal de Sarandí por 4 a 0. Leonardo Ponzio, Carlos Luna y Rogelio Funes Mori (2) marcaron los goles.
Los goles del conjunto de Núñez fueron señalados por el volante Leonardo Ponzio (PT 40min.), el delantero Carlos Luna (ST 25min.) y el atacante Rogelio Funes Mori (ST 36 y 45min.).
En tanto, el árbitro Néstor Pitana expulsó con roja directa al volante colombiano de Arsenal Carlos Carbonero por una fuerte infracción al defensor Leandro González Pirez, a los 30 minutos del segundo tiempo.
La victoria resultó holgada y justificada para River por lo que produjo en el segundo tiempo, cuando, ya en ventaja, fue por más ante un Arsenal disminuido y que venía de tres caídas seguidas.
En el comienzo del match, el conjunto local intentó ser protagonista con la búsqueda de Pablo Lugüercio y un remate de Carbonero en el área, a los 6 minutos, que pasó cerca del segundo palo de Marcelo Barovero.
A los 10, River llegó por primera vez con peligro al campo rival con un centro de Carlos Sánchez desde el sector derecho que conectó de cabeza el uruguayo Rodrigo Mora. El remate pegó en el travesaño y en el rebote el propio delantero, en el punto penal, ensayó una media chilena que contuvo Cristian Campestrini.
Desde entonces, el partido se hizo parejo, con pocas llegadas de riesgo porque ninguno de los dos pudo generar juego por las bandas, ante una buena labor defensiva de ambos.
En River se erigió como figura el volante y capitán, Leonardo Ponzio, quien recuperó balones en el medio y se mostró como generador de juego ante la falta de un enganche por la utilización del sistema 4-4-2.
Cuando el equipo de Almeyda logró el gol, a los 40 minutos, cuatro minutos después de una falta en el área a Luna que Pitana no cobró, resultó un acto de justicia que Ponzio fuese el autor del mismo por su despliegue en la cancha.
El ex Newell`s Old Boys, quien abrazó a Almeyda luego de su conquista, capturó un balón en el mediocampo, luego de un pase fallido de Gonzalo Espinoza, y encaró al área. A 25 metros del arco sacó un remate potente que ingresó en el ángulo inferior derecho, más allá de la reacción de Campestrini.
En el segundo tiempo, un Arsenal sin fútbol y carente de espíritu y rebeldía no le generó situaciones a un River que creció futbolísticamente, propiciado también por los ingresos de Facundo Affranchino y Manuel Lanzini que le aportaron rapidez a los avances.
Además, las intervenciones de Mora, otra de las figuras y quien fue asistido en dos ocasiones por Martín Aguirre, le dieron mayor poder ofensivo. Campestrini y el defensor Diego Braghieri (salvó sobre la línea) le impidieron el grito al ex Peñarol de Uruguay.
A los 25 llegó el gol de Luna, tras una contra iniciada por Affranchino que derivó en una buena jugada colectiva entre el ex Tigre y Mora. El `Chino` definió a un toque ante la salida del arquero y la pasividad defensiva del equipo de Gustavo Alfaro.
A los 30, Pitana expulsó a Carbonero y Arsenal quedó aún más expuesto. River supo aprovecharlo con la aparición de Rogelio Funes Mori por Luna, quien facturó por duplicado, y se integró sin problemas al circuito de ataque.
River logró una victoria que le trae tranquilidad luego de la caída ante Racing en el Monumental, los incidentes en el hall del club y los pedidos de renuncia para Matías Almeyda.
De esta manera, obtuvo su tercera victoria en el campeonato (todas de visitante: 2-0 vs. Estudiantes y 3-2 vs. Tigre), suma 12 puntos en el certamen, mejoró su posición en la tabla de promedios y salió de la zona de descenso.

Fuente: InfoNews


Fuente: Olé


lunes, 24 de septiembre de 2012

Racing, con poco, puso a River en el abismo

Cahais ya cruzó el cabezazo que le daría el triunfo a Racing

La cíclica tendencia de River a empantanarse en una crisis le allanó el camino a Racing para alcanzar una victoria que no estaba entre las prioridades en su hoja de ruta. El resultado podrá servir para pintar ambientes y describir estados de ánimo de uno y otro, pero no legitima ninguna mejoría futbolística de Racing ni lo muestra a River mucho peor de lo que venía siendo. Hubo un ganador, pero el clásico bien podría haber sido un 0 a 0 por las carencias de juego e ideas que ambos compartieron. En síntesis, el cálculo especulativo de Racing hizo negocio en medio de la incertidumbre y la desorientación que tanto condicionan a River.
Fueron dos grandes con un fútbol pequeño, insignificante, de pobre propuesta. De muchas limitaciones del lado de River y de planificada mezquindad por parte de Racing. El e1quipo de Almeyda perdió uno de esos partidos que se le veían en la B Nacional: en un momento en el que se envalentona, en el que aumenta las revoluciones para arrinconar al rival, echa todo por la borda con un descuido defensivo. Y después no se recupera más, porque a la falta de un plan de juego le agrega el decaimiento en la confianza, la endeble personalidad para resolver circunstancias adversas.
En el discurso que se le conoció a Zubeldía desde que llegó a Racing nunca prometió triunfos con planteos como el de ayer. Algunos resultados negativos y la sensación de sentirse muy observado por el escaso rendimiento que le estaba sacando al plantel llevaron al técnico de la Academia a adoptar medidas proteccionistas. Hizo suya aquella máxima del fútbol que dice que hasta los equipos que renuncian a atacar tienen una oportunidad de gol en todo partido. La Academia parecía agotar esa cuota con un mano a mano que Barovero le tapó al electrizante Vietto. En realidad, esa ocasión aislada hizo temblar a River y le frenó el envión que había puesto en marcha con los ingresos de Mora y Lanzini. Enseguida, la defensa local perdió las marcas en el tiro libre de Villar que conectó Cahais. Racing, que había cerrado el espacio aéreo en su área al agrupar a tres centrales (Ortiz, Migliónico y Cahais), conquistaba el de enfrente con apenas un par de ocasiones.
River sigue instalado en la inmadurez y la indefinición como equipo. Siempre está empezando de vuelta. Lo grave y preocupante es que lleva demasiado tiempo en esa dinámica nociva. Gira la rueda de los jugadores y los titulares de un día son los descartables de la semana siguiente.
La confusión se extiende a los planteos. Cuando Almeyda decidió prescindir del Chori Domínguez y de Cavenaghi fue para armar un equipo en función de Trezeguet, que se muere de aburrimiento esperando que le llegue una pelota decente. Es lógico que eso ocurra cuando se diagrama un medio campo sin un pasador, sin un volante capaz de ver el hueco, de limpiar terreno con una asistencia. Entonces ocurre lo de siempre: Trezeguet baja para construir a un toque un avance que nunca le devolverán en situación favorable dentro del área. Con la vuelta al 4-4-2, Almeyda eligió de arranque intérpretes para llegar por empuje, de arrebato, pescando pelotas sueltas o de segunda jugada. De elaboración y movimientos asociados, poco y nada.
Las malas noticias llegaron rápido para River con la grave lesión de Maidana, cuya salida volvió a exponer a Almeyda en su dudoso criterio a la hora de confeccionar el banco: no tenía ningún defensor, circunstancia que emparchó con el retroceso de Sánchez y quedó disimulada por lo poco que atacaba Racing.
Zubeldía intervino en la alineación y mandó varios mensajes. A Camoranesi, refuerzo que llegó para hacer de patrón en el medio, lo sentó entre los suplentes. Lo reemplazó con el batallador Zuculini para tapar la salida con la pelota de Ponzio. A Villar lo retrasó por la izquierda hasta convertirlo en un lateral que le dio forma a una defensa de cinco hombres. Racing nunca tuvo menos de ocho futbolistas detrás de la pelota, siempre en campo propio. De los esporádicos intentos ofensivos debían encargarse los explosivos juveniles Centurión y Vietto, a quienes Sand no podía seguir en su lentitud.
La entrada de Lanzini supuso la cuota de creatividad que tanto necesitaba River. Mora también se sumó con esa gambeta no exenta de potencia. Una definición de Trezeguet salió cerca. Era el momento de River, pero Racing lo dejó venir y lo fulminó en un par de aproximaciones. Bien parada atrás, la Academia se asomó apenas y vio la victoria donde River se abrió a su abismo.
Fuente: La Nación


Fuente: Olé

domingo, 16 de septiembre de 2012

Un nuevo mamarracho de River

Funes Mori remata ante un rival

La diferencia estuvo en la jerarquía de los protagonistas. Porque fue el choque entre un equipo consolidado que sabe a qué juega y otro que está buscando su identidad. Por eso Vélez, de local, le ganó anoche a River por 2 a 0 y se mantuvo en la pelea por el título.

Lucas Pratto, a los 19’, e Iván Bella, a los 63’, anotaron los goles del velezano.

Ambos finalizaron con diez jugadores por la expulsión de Ramiro Funes Mori (River) y Emiliano Papa (Vélez) en el complemento.

Desde el comienzo Vélez se impuso en el mediocampo debido al buen trabajo de Iván Bella, Lucas Romero y Alejandro Cabral en la recuperación de la pelota, que Federico Insúa le daba buen destino para explotar la peligrosidad de Pratto y Facundo Ferreyra.

El local metió presión cerca del arco de Marcelo Barovero y Pratto fue una pesadilla para el fondo millonario. Y a los 19’ abrió el marcador tras recoger un rebote y fusilar al arquero Marcelo Barovero.

River era un equipo en ataque con la peligrosidad de los tres delanteros que puso Matías Almeyda, y otro en defensa con las flojas tareas de Luciano Abecasis, Jonatan Maidana, Jonathan Bottinelli y Ramiro Funes Mori. Encima, el su mediocampo fue superado con total claridad por Vélez.

La nueva “era” declarada por Almeyda con tres delanteros fue borrada por el local debido a que River siempre estuvo descompensado y extrañó el equilibrio que le da el suspendido Leonardo Ponzio.

El complemento fue otra muestra más de la superioridad del local, que continuó llegando.

River apostó a jugar con tres en el fondo con el ingreso de Facundo Affranchino por Abecasis, pero sólo pateó al arco por los 58’ con Trezeguet, que le pegó desviado.

A los 63’, Vélez estiró con justicia la diferencia: Bella fue el encargado de cerrar una gran jugada con un toque suave al gol.

El equipo de Ricardo Gareca siguió manejando el partido a su antojo y parecía que se venía una goleada histórica al ser expulsado Ramiro Funes Mori por doble amonestación.

Pero Vélez se frenó en su ímpetu porque Papa vio la roja también por dos amarillas y parte de la hinchada de River se trepó al alambrado e hizo suspender el encuentro por siete minutos.

Ahí apareció el mejor momento de River. Aunque Vélez no hizo más goles porque perdió intensidad y no por la defensa millonaria, que siguió dando ventajas.

Fuente: La Capital


Fuente: Olé


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Otro empate, esta vez ante Newell's...

La bronca de Trezeguet es la de todo River tras el inesperado 3-3
(Jugado el domingo 09/09/12)
River estuvo cerca este domingo de ganar un partido cambiante y lleno de emociones, pero Newell’s reaccionó y alcanzó un valioso 3-3 en el Monumental.

Pablo Pérez fue el primero en convertir para Newell’s, pero River lo dio vuelta rápido y se fue ganando al descanso por tantos de David Trezeguet y el uruguayo Rodrigo Mora, quien tuvo un destacado rendimiento en su primer cotejo como titular en el Millonario.

Cuando en la segunda parte y en el mejor momento del conjunto local Rogelio Funes Mori estampó el 3-1 pareció que la jornada hasta podía concluir en una goleada, pero el mediocampista uruguayo Carlos Sánchez cometió un error importante tocando la pelota con la mano e Ignacio Scocco ejecutó con eficacia el consiguiente penal para descontar.

Casi sín darle descanso al reloj, a los 27 minutos, el mismo Scocco estableció el 3-3 definitivo con un gran remate.

Así el equipo de Matías Almeyda quedó a cuatro unidades de la cima y Newell’s como único escolta a sólo un punto de Boca, el líder del Torneo Inicial.

El DT riverplatense tuvo que realizar un cambio forzado a los 36 minutos del primer tiempo ya que el marcador lateral Gabriel Mercado sufrió la rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha, por lo que se perderá el resto del Torneo Inicial.

Newell’s tuvo un buen comienzo aprovechando las dudas que le brindó River en el mediocampo y en la última línea, ya que entre Jonathan Maidana y el debutante Jonathan Bottinelli no estuvieron finos al principio, aunque luego se fueron asentando.

En el cuarto de hora inicial Newell’s pudo abrir el marcador ya a los 40 segundos cuando Pérez cedió a la izquierda para Víctor Figueroa y el ex Chacarita, atorado por su marcador y por Marcelo Barovero, no supo definir.

El conjunto rosarino siguió en su posicíón ofensiva y a los 11 encontró la ventaja porque Scocco, por la izquierda, enganchó hacia adentro y remató cruzado forzando una espectacular reacción de Barovero, pero casi en la línea de sentencia llegó Pérez para empujar la pelota al gol.

River sintió el golpe y poco a poco mejoró en su juego. Leonardo Ponzio comenzó a ser gravitante en la mitad de la cancha y desde allí surgieron los avances que le permitieron a River llegar a la igualdad.

A los 19, Ponzio abrió a la izquierda para Ariel Rojas y el zurdo, con un centro certero, habilitó a Mora, quien peinó hacia el segundo palo para permitir que Trezeguet de volea pusiera la paridad y marcara su primer gol en Primera en la Argentina.

Tres minutos después, a la salida de un tiro libre Mora recibió sobre la izquierda, pisó el balón y giró como para hacer un centro, pero lo vio a Nahuel Guzmán adelantado y desde una posición de número ocho tiró de zurda para marcar el 2-1. Golazo.

Con la ventaja en su favor, River dominó las acciones y pudo haber ampliado la diferencia en varias ocasiones. Rogelio Funes Mori, a los 27, remató desde fuera del área y atajó Guzmán. Diez minutos después Maidana cabeceó apenas desviado, y al rato Ponzio con un disparo desde fuera del área exigió al arquero visitante.

En el comienzo del segundo período River se mostró decidido a buscar una mayor diferencia en el tanteador, presionó a Newell’s en su campo y dispuso de situaciones para hacerlo.

A los 9, Rogelio Funes Mori amagó un disparo al arco y jugó por abajo para Mora, quien tardó en definir mano a mano y permitió que entre el arquero y un defensor le robaran la pelota. Cinco minutos más tarde, el uruguayo picó el balón desde fuera del área por la derecha sin ángulo ideal, pero igual el margen de error en la dirección fue mínimo.

De tanto insistir River encontró la recompensa merecida a los 21. Mora ingresó al área por la izquierda, hizo la pausa, jugó hacia atrás para Rogelio Funes Mori y el joven artillero convirtió.

Cuando parecía que los de la banda tenían todo controlado, llegó el penal infantil del uruguayo Sánchez, quien bajó con su brazo izquierdo la pelota. Scocco se hizo cargo del penal y remató arriba y a la derecha de Barovero para obtener el descuento.

Enseguida, Newell’s causó otro impacto porque Martín Tonso le ganó la espalda a Sánchez y envió un centro que Pérez bajó de cabeza para la volea de Scocco que signifió el 3-3.

Desde entonces el local ya no logró vulnerar la resistencia de La Lepra, que incluso tuvo alguna posibilidad de llevarse un triunfo que la hubiera depositado en la cima. Aunque el 3-3 fue ya excesivo castigo para un River que regaló demasiado.

River jugó el mejor partido del campeonato en el Monumental y, pese a no haber conseguido el triunfo, el pensamiento es casi unánime: éste es el camino a seguir para pelear bien arriba.

El hincha de River no se fue contento del Monumental el domingo. El sabor amargo de recibir dos goles en los últimos 20 minutos del partido, cuando todo parecía liquidado, generó una mezcla de bronca y tristeza en la gente.

Sin embargo, el nivel que mostró el equipo fue, por lejos, el mejor del campeonato. Sacando los primeros 15 minutos del primer tiempo y el lapso entre el segundo y tercer gol de Newell's, River apabulló a los rosarinos y mereció largamente la victoria.

La efectividad pedida para los delanteros se vio reflejada en el resultado, porque los integrantes del tridente marcaron un gol cada uno y todos tuvieron chances para convertir otro.

Además, se aplaudió la actitud de Matías Almeyda de formar un equipo que saliera a "comerse" al rival, con un esquema bien ofensivo, como marca la historia del Millonario.

Por eso, el hincha reconoció el esfuerzo del hincha y, en la encuesta realizada por La Página Millonaria, el 90 por ciento de los votantes aseguró que le gustó cómo jugó el equipo.

Es cierto, el equipo no ganó y no hay que dejarse llevar por un partido, pero rendimientos colectivos como el del domingo invitan a pensar que se encontró el camino y que River tiene una buena chance para, como dijo Leonardo Ponzio, encontrar una identidad que le permita pelear bien arriba.

Fuente: 442


Fuente: Olé

domingo, 2 de septiembre de 2012

Fuimos a empatar y casi perdemos

River nunca le encontró la vuelta al partido.
River empató 1 a 1 en Santa Fe con Colón, que perdió la chance de recuperar la cima del torneo Inicial. Rubén Ramírez marcó de cabeza para el local e igualó Germán Pezzella.

Con este resultado, Colón, que llegaba como líder, acumula 11 unidades y dejó la punta del certamen en manos de Boca Juniors, con 12; River, en tanto, suma ocho puntos.
 El primer dato saliente del partido lo ofreció el "Pelado" Almeyda con la formación de River: González Pirez, Cirigliano y Lanzini quedaron al margen de los 11 (solo el volante central tuvo un lugar en el banco de relevos) y en sus lugares respectivos ingresaron Germán Pezzella, Christian Ledesma y Juan Cazares.
 Más allá del mensaje de los cambios hacia adentro (si es que el DT buscó también ese efecto secundario), no se vio, hacia afuera, un River muy diferente al de las fechas anteriores.
 El desborde por las bandas fue mejor recurso con el tándem de Sánchez y Mercado por derecha que el que, en teoría, debió dar el pibe Cazares por la otra banda; y la carencia creativa, acaso la falencia más visible del River de Almeyda, volvió a dejar como sistema previsible el centro a Funes Mori y Trezeguet.
 Colón respondió con la buena imagen que viene dando, tratando de inquietar a espaldas del mediocampo visitante: salida prolija, verticalidad a partir de los volantes y la rapidez de Curuchet y Mugni para encontrar espacios, o en su defecto para generarlos.
 Pero en ambos casos prevalecieron las estrategias defensivas por sobre las intenciones en ataque, y el partido se fue haciendo de dominio repartido y poco peligro, muy poco, frente a los arcos.
 Lo más claro sucedió a los 32m, con un centro de Mercado desde la derecha, después de una sucesión de toques cuidados y pacientes, que Cazares definió con una sutileza de derecha entrando por el segundo palo: el remate cruzado salió apenas desviado.
 Colón intentó hacerse protagonista central en el inicio del segundo tiempo.
 Con las buenas herramientas ya exhibidas: Caire se proyectó por derecha, se adelantaron las líneas, Mugni se amigó con la pelota y Moreno y Fabianesi intentó desprenderse de su posición para aparecer, por sorpresa, en el vacío.
 Y tuvo una clara, Colón, a los 5m, cuando Gigliotti le "robó" con falta la pelota a Pezzella, superó a Barovero y remató al arco: Maidana se cruzó a tiempo y evitó la caída de su valla.
 Pero River ya exhibía, también, algunas deficiencias defensivas, como si la presión del rival descubriera las grietas de su estructura.
 El equipo de Néstor Sensini, sin embargo, no aprovechó su momento, y en el juego de las imprecisiones que se dio a partir de allí River se acercó dos veces con Rogelio Funes Mori.
 En la primera desbordó por derecha y envió un centro rasante para el remate, por izquierda, de Ariel Rojas (pegó en un defensor); y en la otra el propio "mellizo" tiró de zurda, cruzado y afuera.
 Cuando River había equilibrado, llegó el gol de Colón. "Tito" Ramírez entró por Curuchet y le alcanzó un minuto para modificar el rumbo del partido: primero generó un corner, después anotó de cabeza tras un gran centro de Urribarri desde la izquierda, pero aprovechando el insólito estatismo de los centrales "millonarios".
 Almeyda agotó sus armas: hizo debutar al uruguayo Rodrigo Mora en reemplazo de Sánchez (ya habían entrado Ariel Rojas y Martín Aguirre por Cazares y Ledesma, dos de los titulares sorpresivos, síntesis de que la teoría del "Pelado" no había funcionado).
 River no tenía respuestas individuales para sus defectos colectivos y marchaba, desesperado, a la derrota.
 Pero a falta de un minuto apareció Ponzio, puso un gran pase en profundidad para la entrada de Pezzella y el pibe, solo, marcó el 1-1.
 Fue, la de Pezzella, la sorpresa de Almeyda que sí funcionó. Lo festejó River. Y lo festejó Boca, que volvió a quedar como líder.



Fuente: Olé