![]() |
Mora festeja el gol con Funes Mori |
Casi por arte de magia, la felicidad volvió al Monumental.
¿Casualidad? No, trabajo del aura de Ramón. Lo que ya era una fiesta por
su llegada, se coronó con la victoria ante Lanús, que se quedó con las
manos vacías. Rodrigo Mora marcó el único gol del encuentro y se
convirtió en el goleador del equipo con seis conquistas. Se cerró el año
en casa y fue de la mejor forma.
Es esa pasión, la simbiosis
entre un nombre, un equipo y su gente la que puede despejar cualquier
temporal y devolver la sonrisa en una tarde de felicidad. Luego de un
primer tiempo para el olvido, River fue superior a Lanús en el
complemento y se quedó con una victoria fundamental para lo que se
viene.
La presencia de Ramón Díaz, que vio el partido desde el
palco 44, pudo más que todo. Desde lo subjetivo (y puramente emocional)
el saludo inicial tuvo su réplica en la hinchada y contagió de
entusiasmo al evento en los 90 minutos -más allá de que por momentos el
trámite del juego fue un bochorno-. Y en lo objetivo también estuvo el
toque de distinción del nuevo entrenador. Es que, Gustavo Zapata, DT
interino, puso en práctica las recomendaciones del riojano -con quien
habló el sábado al mediodía-: Rojas terminó de ’3′, ahí donde lo quiere
Ramón, Funes Mori fue pivote y Sánchez se cerró de derecha al centro.
En
la actitud de Carlos Sánchez, los reflejos de Marcelo Barovero, la
presencia de Leonardo Ponzio, el sacrificio de Rogelio Funes Mori, la
agilidad de Rodrigo Mora y la prestancia de Cirigliano, Ramón tiene
mucho para ilusionarse. Con las fragilidades que presenta Diego
Martínez, las lagunas de Rojas y las dudas de Bottinelli (que hoy jugó
un buen partido) mucho para trabajar. Y, además, pudo comenzar a ver
ciertas variantes interesantes para lo que viene con la buena actuación
de Affranchino y la vuelta de Abecasis.
Se fue el año de River en
el Monumental y, a pesar de todo, queda una sensación de felicidad. ¿Qué
es eso? La sola presencia de Ramón, del DT más ganador de la historia
del club. Desde las sombras, sin haber entrenado al equipo, ya transmite
su aura. Esa que pudo hacer olvidar todo lo malo que sucedió en el
último semestre y que ayudó al presidente a pasar desapercibido. Tanto
es así que los insultos que recibió Passarella quedaron en un segundo
plano. Evidentemente, Ramón todo lo puede…
Fuente: Muy River
Fuente: Olé
No hay comentarios:
Publicar un comentario