River Plate - Pasión Monumental

lunes, 3 de diciembre de 2012

El aura de Ramón cubrió de felicidad la tarde del Monumental


Mora festeja el gol con Funes Mori
Casi por arte de magia, la felicidad volvió al Monumental. ¿Casualidad? No, trabajo del aura de Ramón. Lo que ya era una fiesta por su llegada, se coronó con la victoria ante Lanús, que se quedó con las manos vacías. Rodrigo Mora marcó el único gol del encuentro y se convirtió en el goleador del equipo con seis conquistas. Se cerró el año en casa y fue de la mejor forma.
Es esa pasión, la simbiosis entre un nombre, un equipo y su gente la que puede despejar cualquier temporal y devolver la sonrisa en una tarde de felicidad. Luego de un primer tiempo para el olvido, River fue superior a Lanús en el complemento y se quedó con una victoria fundamental para lo que se viene.
La presencia de Ramón Díaz, que vio el partido desde el palco 44, pudo más que todo. Desde lo subjetivo (y puramente emocional) el saludo inicial tuvo su réplica en la hinchada y contagió de entusiasmo al evento en los 90 minutos -más allá de que por momentos el trámite del juego fue un bochorno-. Y en lo objetivo también estuvo el toque de distinción del nuevo entrenador. Es que, Gustavo Zapata, DT interino, puso en práctica las recomendaciones del riojano -con quien habló el sábado al mediodía-: Rojas terminó de ’3′, ahí donde lo quiere Ramón, Funes Mori fue pivote y Sánchez se cerró de derecha al centro.
En la actitud de Carlos Sánchez, los reflejos de Marcelo Barovero, la presencia de Leonardo Ponzio, el sacrificio de Rogelio Funes Mori, la agilidad de Rodrigo Mora y la prestancia de Cirigliano, Ramón tiene mucho para ilusionarse. Con las fragilidades que presenta Diego Martínez, las lagunas de Rojas y las dudas de Bottinelli (que hoy jugó un buen partido) mucho para trabajar. Y, además, pudo comenzar a ver ciertas variantes interesantes para lo que viene con la buena actuación de Affranchino y la vuelta de Abecasis.
Se fue el año de River en el Monumental y, a pesar de todo, queda una sensación de felicidad. ¿Qué es eso? La sola presencia de Ramón, del DT más ganador de la historia del club. Desde las sombras, sin haber entrenado al equipo, ya transmite su aura. Esa que pudo hacer olvidar todo lo malo que sucedió en el último semestre y que ayudó al presidente a pasar desapercibido. Tanto es así que los insultos que recibió Passarella quedaron en un segundo plano. Evidentemente, Ramón todo lo puede…

Fuente: Muy River


Fuente: Olé


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